Todo lo que necesitas saber sobre la regeneración ósea en implantes dentales
Este artículo ha sido revisado por el Dr. Antonio Cabo León y el Dr. Jorge García Vivar
La regeneración ósea antes de los implantes dentales son un tratamiento relativamente común en el mundo de la salud dental. A día de hoy no es difícil restaurar alguna de nuestras piezas dentales perdidas, pero este procedimiento depende en gran medida de algunos requisitos previos.
Como podemos imaginar, uno de los más importantes es el estado de los huesos de nuestra mandíbula. Al fin y al cabo, los dientes requieren de un soporte sólido, y los implantes dentales no son distintos. La condición en la que se encuentran nuestros huesos es vital para poder realizar esta técnica con garantías de éxito, y existen numerosos motivos por los que estos mismos huesos pueden deteriorarse o sufrir condiciones poco favorables para un posterior implante.
La edad es el factor mas común, y es que nuestros huesos no siempre resisten bien la prueba del tiempo. Según envejecemos, los huesos de la mandíbula pueden perder densidad y volverse mucho más frágiles, lo que puede representar un problema a la hora de realizar un implante.
Enfermedades como la osteoporosis o la periodontitis pueden tener un efecto similar, dado que tienen un impacto directo en el estado de nuestro tejido óseo y representan un problema igual de grave. Por otro lado, conductas como el tabaquismo también pueden tener un efecto nocivo en los huesos de nuestra mandíbula.
Pero entonces ¿es imposible realizar un implante si alguno de estos problemas afecta a nuestro tejido óseo? En absoluto: aquí es donde entran en juego las técnicas de regeneración ósea.
Índice de contenidos
En qué consiste la regeneración ósea
La regeneración ósea es el proceso por el cual se puede llevar a nuestros huesos a recuperar las cualidades óptimas para realizar el posterior implante. Este proceso no se realiza a través de un solo procedimiento concreto sino que existen varias técnicas disponibles para llevarlo a cabo que dependen de la condición en la que se encuentra el hueso, la preferencia del paciente y otros factores.
Mediante estas técnicas el hueso recupera su densidad y se mejora el estado de salud del tejido de manera que alcanza las condiciones ideales para poder implantar un diente.
Estas técnicas se basan en la propia capacidad del hueso para regenerarse y aprovechan diversos procesos naturales para llevar a cabo esta regeneración. Esto se lleva a cabo a través de la estimulación del tejido óseo mediante diversos procedimientos que expondremos a continuación.
Tipos de regeneración ósea
Injertos de hueso autógenos
Los injertos de hueso autógenos son una de las técnicas de regeneración ósea más extendidas y aprovechan los osteoblastos (células capaces de crear nuevo tejido óseo) ya presentes en otras partes del cuerpo. Se suele extraer hueso de los retromolares o de ciertas regiones de la mandíbula, pero también se puede extraer hueso de zonas extraorales como la tibia o el ilion.
El hueso extraído no solo contiene factores de crecimiento naturales sino que además puede actuar como una guía física para el crecimiento del nuevo tejido óseo, haciendo que sea posible estimular la regeneración y dirigirla con la misma técnica. Además, al tratarse de fragmentos de hueso extraídos del propio paciente, el rechazo del sistema inmune no será un problema del que debamos preocuparnos.
Aloinjertos y Xenoinjertos
Los aloinjertos son similares a los injertos de hueso autógenos, pero en este caso el hueso proviene de un donante. A menudo se pueden usar fragmentos de hueso que hayan sido congelados previamente para estos fines.
En otros casos se pueden emplear xenoinjertos: injertos de hueso de animales que sean biocompatibles con nuestra especie, de manera que los procesos de regeneración ósea sigan funcionando a pesar de que no se trate de hueso humano. Comunmente se emplean matrices de hueso bovinas para esta técnica.
El principal problema que presentan los aloinjertos y xenoinjertos es el posible rechazo del sistema inmune, y por tanto se requieren tratamientos para que los fragmentos de hueso a injertar resulten más neutrales para el sistema inmunológico receptor.
Regeneración de hueso guiada
La regeneración de hueso guiada es una técnica que emplea membranas de material sintético para crear hueco dentro del espacio alveolar, favoreciendo la regeneración del hueso de una manera puramente mecánica. Aunque no estimula la regeneración del hueso en sí misma, genera espacio para que esta suceda, separando los tejidos mas blandos del tejido duro para crear un hueco en el que el hueso pueda crecer de nuevo.
Esta técnica tiene la particularidad de poder realizarse al mismo tiempo que un implante dental, por lo que hace que el ahorro de tiempo en algunos casos sea significativo. De todas maneras, el uso de la técnica variará según las características del paciente sobre el que se esté aplicando.
Factores de crecimiento
Los factores de crecimiento son otra de las técnicas de regeneración ósea que debemos tener en cuenta, y se basan en el uso de determinadas proteínas que están presentes de forma natural en nuestro cuerpo y que pueden favorecer el crecimiento del tejido óseo. En concreto podemos mencionar las BMP’s, o proteínas morfogénicas del hueso, dado que han demostrado una tremenda eficacia a la hora de estimular el crecimiento óseo en numerosos ensayos clínicos.
Esta técnica es poco invasiva, y pueden obtenerse factores de crecimiento de fluidos como la sangre por lo que el acceso a estas proteínas es sencillo. El uso de factores de crecimiento para la osteogénesis es a día de hoy una técnica en desarrollo, y aunque es perfectamente funcional aún se están descubriendo formas de hacerla aún más eficiente a medida que se estudian otras proteínas presentes en nuestro cuerpo.