Células madre y dientes de leche: una combinación que salva vidas

Este artículo ha sido revisado por el Dr. Antonio Cabo León y el Dr. Jorge García Vivar

Los dientes de leche tienen una enorme relevancia desde que somos bebés y durante nuestra infancia. Dicha importancia ha aumentado tras los últimos estudios sobre las células madres y sus muchos beneficios. 

Nuestro cuerpo, de forma natural, crea una serie de células madres (materia prima del cuerpo con capacidad de regenerar) y éstas, a su vez, están contenidas en los dientes primarios. Pero: ¿Sabemos qué son realmente las células madres? ¿Para qué sirven o qué beneficios nos aportan?

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A continuación despejaremos algunas dudas e incertidumbres sobre estas cuestiones. 

células madre a partir de dientes de leche

¿Qué son las células madres?

Son las células principales del cuerpo a través de las cuales se generan otras con funciones especializadas. Se les conoce como unidades indiferenciadas que pueden dar lugar a distintos tipos de tejidos como, por ejemplo, los constituidos por células hepáticas, nerviosas o las sanguíneas.  Éstas se dividen para crear las conocidas como células hijas que, a su vez, vuelven a ser madres, o adoptan una función específica.

Nuestro organismo está creado por millones de estas que nacen, se dañan o mueren cada día. Cuando esto último sucede, comienza de nuevo el ciclo: se activan las células madres que reparan los tejidos dañados y sustituyen a aquellas que murieron rutinariamente. Es gracias a ellas y a este proceso que el ser humano puede mantenerse sano y evitar el envejecimiento prematuro. 

Estudios como el publicado en el Journal of Dental Research (JADA), una revista de divulgación sobre avances dentales, abre nuevas posibilidades a la pérdida de la dentadura cuando entramos en edades avanzadas. 

La comunidad científica ratifica la idea de poder usar estas microscópicas, pero indispensables unidades del cuerpo, para combatir numerosas enfermedades. El cáncer, parkinson, esclerosis múltiple, lesiones de médula espinal y otras muchas podrán ser tratadas mediante la generación de nuevas células. 

El camino de la investigación está abierto y son innumerables los avances en este terreno. En la actualidad ya se conoce cómo podemos conseguir y conservar las células madres, un tesoro que puede cambiar vidas.

¿Por qué los dientes de leche pueden salvarte la vida?

Cierto es que las células madres pueden ser tomadas de muchas partes del cuerpo como la córnea o los huesos; pero las que provienen de los dientes se multiplican y producen tejidos en mayor cantidad. Estas últimas, obtenidas a partir de la dentadura temporal, pueden utilizarse en el tratamiento y cura de multitud de enfermedades gracias a sus características regeneradora de huesos, cartílagos y tejidos blandos. Incluso, pueden llegar a convertirse en células Beta, protagonistas en el tratamiento de la diabetes.

Otro de los procesos curativos en los que son utilizadas es en los tratamientos odontológicos, se encargan de regenerar las células muertas del tejido pulpar, evitando así, que este se debilite y cause la pérdida del diente.

Los estudios llevados a cabo por un grupo de investigadores estadounidenses, cuyos resultados se publicaron en el diario odontológico JADA, abren una nueva posibilidad para la creación de dientes en la fase adulta a partir de las células madres que fueron extraídas con anterioridad de los dientes primarios. Esto supone un gran avance dentro de la medicina dental.

Aunque estas células pueden recogerse en los dientes definitivos, es mejor que su extracción se realice directamente a los de leche o temporales. Como estos caerán de forma natural durante la niñez se caracteriza por un proceso no invasivo. Es importante saber que, aunque son efectivas hasta el tercer grado de consanguinidad, será 100% eficaz si las células son de la misma persona.

¿En qué consiste la extracción de las células madres a partir de los dientes de leche?

Cuando somos niños perdemos alrededor de 12 dientes en un periodo de cinco años, por lo que la obtención de las células madres es totalmente natural y no invasiva como ya habíamos comentado antes. Dichas unidades microscópicas, que están alojadas en la pulpa dentaria, necesitan que la pieza esté sana, sea extraída de forma adecuada por un profesional y conserve en un lugar estéril.

Lo más recomendable es que, una vez caiga el diente, estos se conserven en un kit de pulpa y se lleven a un laboratorio donde se resguarden en condiciones específicas. Si por el contrario, en el momento que cae la pieza dental, no se dispone de este tipo de almacenamiento, se recomienda guardarlo en un recipiente cerrado y con buena refrigeración hasta que se pueda llevar, lo antes posible, a disposición de un banco de conservación.

La edad ideal para garantizar la calidad de las células madres en los dientes está comprendida entre los 6 y los 26 años. A pesar de esto las células adultas también se pueden extraer sin problemas a cualquier edad a través de tejido adiposo o por una pieza dental que haya caído de forma natural, siempre y cuando, esté sana.

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¿Qué enfermedades podríamos combatir?

La gran diferencia de las células madres obtenidas de los dientes primarios o de leche y de las obtenidas en otros lugares, como puede ser el cordón umbilical, está en el “tipo”. Las células dentales tienen la capacidad de regenerar huesos, hígado, tejidos como el cardíaco, entre muchos otros. Sin embargo, aquellas que fueron recogidas de otros lugares son específicas, por ejemplo: las extraídas del cordón umbilical se pueden usar para tratar enfermedades relacionadas con la sangre como son los linfomas o las leucemias.

Otras de las enfermedades que azotan al ser humano y que pueden ser combatidas con estas microunidades son el Parkinson, el alzheimer, así como los daños en el sistema nervioso o la médula espinal. Además, tienen la capacidad de multiplicarse rápido y en abundancia y esto las hace aún más valiosa, si es posible, en el tratamiento de adultos.

La conclusión que hacemos de todo esto es que el cuidado de los dientes desde la niñez, no solo es importante para la buena salud bucodental, sino que es vital para poder tratar muchas enfermedades futuras.

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